Mostrando entradas con la etiqueta Autoestima. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Autoestima. Mostrar todas las entradas

miércoles, 3 de septiembre de 2014

A ras de tierra

Estabas a ras de tierra y no te vi, tuve que cavar hasta el fondo de mi para encontrarte (Juan José Arreola).

¿Donde está el fondo?, ¿Ya lo encontré? ¿Hasta donde tengo que llegar?, ¿Qué más me tiene que pasar para aceptar esta realidad que me está debilitando cada día más? ¿Qué nueva enfermedad me tiene qué atacar con toda su fuerza para comprender que algo está pasando en mi cuerpo? dos años de fiebres constantes, de gripas de 10 días que regresan cada mes, de ganglios inflamados por todo el cuerpo,  2 años y 15 kg menos, diarreas incontrolables sin razón alguna, vómitos y dolor al tratar de comer cualquier alimento ¿Hasta donde tengo que cavar?, ¿por qué no puedo hacerme una maldita prueba? ¿Por qué no puedo ni siquiera decir esa maldita palabra? ¿Quizá si no lo digo, quizá si pienso que mañana estaré bien, lo esté?.

No sé por que llegué aquí, no puedo ser yo quien cargue con esto, yo que siempre me he cuidado, yo que casi siempre contuve mi carne, yo que siempre te cuidé, y tú, tú te ves tan normal, tú que si te has dejado ir entre tantos cuerpos, tú que después de mi te has dedicado a conocer uno y otro y otro más si ningún pudor, yo que he terminado por rechazar a un par que me ofrecían lo que yo tenía para ti ahora me tengo que enfrentar a esto, cayéndome en ese hoyo cada vez más profundo. Tú, tú tan campante y tan saludable, tú que has pasado por tantos placeres vienes y me confrontas.

Tú ¿Cómo te atreves tú a decirme que puedo estar muriendo? ¿Cómo te atreves tú a insinuar que puedo ser veneno? ¿Cómo puedes decirme que en mi sangre llevo la carga de eso que no quise ser, de eso que no quise dejar crecer, de eso que apenas dejé fluir cuando estuve junto a ti? ¿Cómo puedes estar tan bien? ¿Cómo puedes ser tan feliz y tan brillante? Yo no puedo estar así, si tú no lo estás conmigo, tiene que ser otra cosa, tiene que ser la depresión por tu partida, ese tanto extrañarte todos los días de estos últimos cinco años sin ti. Esos dos años tan intensos junto a ti se han convertido en estos dos años de estarme borrando poco a poco, de estar siendo cada día un poco menos yo.

Y ahora estamos aquí, otra vez juntos, otra vez con tu brillo cegador llenando la sala del hospital, llegaste con tu sexto sentido justo en el momento en que ya no podía sostenerme a mi mismo para cargarme con tus brazos cada vez más fuertes. ¿Por qué siempre estás aquí junto a mí? ¿Por qué siempre llegas en el momento justo en que parece que me derrumbaré? ¿Por qué sigues recordándome con tu presencia que ya no eres mío? ¿Por qué me has ayudado en cada tropiezo, cada vez más profundo, que he tenido en estos 5 años sin ti?

A veces quisiera saber que ya no tengo más tu ayuda, a veces quisiera saber que te he superado en brillo, que soy yo quien te rescata y revive esa sonrisa en tu rostro. A veces eres una bofetada de fuego y ácido que me quema en cada abrazo con que intentas reconfortarme, a veces creo que esto me lo estoy haciendo yo mismo para tratar de que estés junto a mi. A veces quisiera regresar estos 7 años de saber de ti y no haberte dicho Hola, a veces quisiera tener esa ligereza que tienes para vivir, para decirme así tan fácil: “Creo que tienes SIDA”, para decirme así tan fácil : “Échale Ganas, solo tu te vas a sacar de esto”.

A veces quisiera tener esa facilidad tuya para aventarte al vacío, para aceptar lo que viene, para volar hacia donde te lleve la vida. A veces quisiera haber tenido el valor de haberte dicho adiós ese mismo día en que te conocí por que sabía que me ibas a dejar. A veces quisiera ser yo el de los brazos fuertes, para poder estar junto a ti y ser yo quien te levante. Yo era perfecto cuando te conocí, era fuerte y poderoso, pensé que podría retenerte junto a mi para siempre, y ahora estoy aquí sin ti, y sobre todo sin mí, no se donde me quedé tratando de seguirte de cerca, ya no pude mantener más tu paso y te fuiste, y solo vienes de vez en cuando, justo cuando estoy a punto de caer y me das tu mano, que ahora es de amigo,  que no es la mano que yo quiero, la mano que está presta para ayudar pero que ya no me ama, la mano con la que cavo cada vez más profundo, tratando de ver hasta donde estira, hasta donde puede mantener su fuerza, la mano que era mía cuando yo te levanté sin que me lo pidieras, con esa presunción y arrogancia que me daba el creer que yo te arropaba, cuando en realidad tu me desnudabas, y quitabas cada pieza de mi coraza, descubriendo que solo estaba vacío.

Quisiera de verdad tocar el fondo, dejar de cavar y quedarme aquí, ya no voltear más a ver si sigue ahí tu mano, voltear mis ojos hacia el fondo y cerrarlos para fundirlos en la obscuridad y dormir, dormir sedado en ese negro profundo. A veces quisiera poder decirte adiós, pero ahora tengo que enfrentar esa odiosa palabra que me pusiste de frente, que me pides que venza, ese odioso veneno que tendré que combatir con más veneno, ahora estoy aquí postrado en esta cama contigo a mi lado y de la cual tengo que salir para alejarte de mi.

¿Hasta donde tengo que cavar para aceptar que ya no estás aquí? ¿Hasta donde tengo que cavar para encontrar ese quien era YO antes de ti? ¿Hasta donde tengo que cavar para aceptar esta realidad que corre en mis venas? ¿Qué tanto puedo soportar para hacer algo por mí? Estabas a ras de tierra y no te vi, tuve que cavar hasta el fondo de mi para encontrarte*.


*Ágrafa musulmana en papiro de oxyrrinco/Juan José Arreola.

Dedicado a mi amigo ACC, espero que puedas sostenerte fuerte con tus manos.

miércoles, 7 de mayo de 2014

No estaría tan mal (Hasta romperme los huesos).

No estaría tan mal ahora que todavía soy. No estaría tan mal ahora que todavía parece que tengo fuerza, No estaría tan mal hoy que todavía me han dicho bello, hoy que todavía me han ofrecido amor pensando en que quizá podrían encontrar algo en mí que lo merece, al menos por esta noche. No estaría mal, hoy que aún no he terminado en los huesos, que no han llegado las fiebres ni las manchas a mi cuerpo, no estaría tan mal ahora que todavía no he sentido la enfermedad calar en los huesos y en la vanidad de mi ego. Quizá si piso a fondo el acelerador todo sea tan rápido, puede que no recuerde nada. Quizá si aprieto el gatillo en el lugar correcto su daño se pueda disimular y pueda verme bien entre los colchones de alguno de esos patéticos estuches de madera para cuerpos inertes. Quizá si salto del puente a la hora de más tráfico, pueda impactar a alguien lo suficiente para que me repita una y otra vez en sus historias, para que alguien me lleve en sus sueños aunque sean pesadillas.

No creo tener suficiente fuerza para esto, no sé qué pasará y no quiero saberlo. No quiero que mi tic nervioso de verme en cada reflejo me grite un día “Enfermo”. Ya he luchado bastante; luche contra gritos, insultos y frialdad mientras crecía. No extraño abrazos ni sonrisas porque nunca los tuve, así que tampoco tengo muchos motivos como para seguir. No creo estar preparado para entregar a mi padre el placer de confirmar todos sus vaticinios sobre mí, me animaba el poder echarle en cara que había logrado ser mejor de lo que esperaba, y ahora con este diagnóstico (VIH+) solo pondré más leña al fuego de su desdén y de sus insultos hacia mí. Nunca he entendido esto de sentir, sentir qué, sentir cómo. Sólo conozco la rabia y el enojo, solo conozco la ira y el rencor, sólo conozco gritos, insultos, empujones y bofetadas sin sentido, sólo conozco estas ganas de destruirle y que ahora me hacen sentir tan fuerte que lo que tengo que destruir es a mí, así me libraré de su odio, así me libraré de esa furia que me produce, así podré aniquilar ese dolor que me causa ese nunca poder abrazarte, ese nunca sentir que me abraza tan fuerte, tan fuerte como si quisiera quebrarme los huesos para llegar a mi corazón.

(Mi Padre) Me heredó unos genes que me han convertido en objeto de deseo, en objeto de aparente amor, nublado, cegado por esa imagen que otros han idealizado, sin darse cuenta de que no hay nada debajo, de que es una vistosa envoltura para una caja vacía. Desde la adolescencia empecé a encontrar muchos brazos abiertos. Algunos, la mayoría de los que he aceptado, se abrían para pedirme que abriera las piernas, se abrían para pedirme que me hincara y rezara a su Dios Falo. Me hicieron suplicar que por favor me abrazaran, me hicieron suplicar un beso, mantienen los brazos abiertos pero no los cierran, no los ponen alrededor de mi lastimado cuerpo, me recordaban tanto a mi padre, siempre ahí, siempre buscando tratar de agradarle y de recibir una sonrisa, sólo dándome lo mínimo necesario para no huir, para sentir que quizá si era importante, pero buscando cualquier pretexto para hacerme sentir que no lo merecía, que nunca era suficiente.

Otros tantos brazos se abren así, sin razón aparente, brazos que me quieren cuidar y proteger de todo y de todos, brazos que me quieren poner en una burbuja, me asfixian, me producen un escozor inexplicable, no los puedo entender, me hacen sentir que me parezco tanto a mi padre, desatan mi desprecio, ¿por qué se dan así tan fácil?, ¿por qué creen que pueden encontrar algo en mí?, a veces me hacen sonreír con tanta ingenuidad, a veces me llega a conmover tanto amor así tan fácil, intento aceptarlo pero no lo entiendo y miro hacia adentro y veo algo obscuro y vacío, y no lo entiendo y los detesto, los enveneno y los pateo, así como esas eventuales bofetadas que me daba el amo y señor de la casa. Y pienso que sólo los deslumbra la luz de mi cara y mi cuerpo, que solo se entregaron a la rapidez de mi palabra que se formó para tratar de buscar ese amor desmedido que tanto necesito, que tanto siento que no merezco.

Y así llegue a este punto, donde no sé ni quien soy, donde no me soporto ni a mí mismo, donde me pregunto ¿A caso soy malo? Por qué no puedo encontrar alegría en esos ojos optimistas que me quieren hacer sonreír. Por qué no puedo aceptar esos labios que sólo quieren conectar su corazón con el mío y escribir historias juntos que después podamos recordar y contar en la vejez, esos labios que me dicen tantas cosas que nunca he entendido, que me ofrecen tantas cosas que nunca he recibido. Por qué sólo puedo ver esta inmensa piedra negra que se me vino encima, pensaba que podía conquistar el mundo, que conmigo era suficiente, que había podido superar a mi padre con toda su locura y desamor, y aquí estoy hundido, pensando que soy lo que tanto me dijo, rechazando esos otros brazos que me ofrecen substituir los ausentes y cerrados de mi padre. Por qué no puedo abrazar ese optimismo que me ofrecen, así sin razón alguna, sólo porque si, sólo porque se trata de mí. Dos años con esta piedra inmensa que tengo que cargar que no puedo aventarle en la cara a mi padre y decirle ¿ves a donde me llevaste? Sólo quiero sentir un abrazo, sólo quiero que me abracen muy apretadito, así tan fuerte que me rompan los huesos para llegar a mi corazón, así muy fuerte para poder sentir que hay algo adentro, algo en mí que lo merezca. Un abrazo así tan cálido que me derrita los huesos y me funda para comprender, para sentir que merezco tanto, mucho amor, para creer que alguien se merece tanto amor.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Strong (No eres yo)

No eres yo.

De repente atrapas todos mis pensamientos, no, no quiero que te conviertas en todo lo que soy, no quiero que llenes cada segundo de mi vida con la ansiedad y la angustia que me provocas, no, no quiero que te conviertas en mi motor para estar bien tratando de alejarme de tu fantasma.

Al principio entraste en mí como una incógnita, el miedo da saber si yo podría tenerte dentro, me aterraba que te escabulleras entre barreras de látex y las veces que llegaban a caer al suelo cediendo al calor de esa piel desconocida, pero te pensaba tanto que parecía que te quería conmigo, vivías ya en mí en esa angustia de no saber si ya estabas conmigo y a pesar de eso no podía parar, dos negativos y la tercera fue la vencida, quizá te necesitaba conmigo, pero no, tú no eres yo.

Me niego a pensar en ti y al final aquí estoy contigo en mi cabeza, ahora eres algo que quiero vencer, quizá eres el vencerme a mí mismo, romper con todo este autosabotaje y vencerte, vencerme, lograr trascender por encima de ti, por encima de mí y de todo eso que no me gusta pero me es imposible evitar, todo mi dejar las cosas al final, todo mi evadirme entre substancias y caricias vacías, esos sueños e historias que invento para sedarme y evadir mi aburrida realidad que ni siquiera puede ser triste ni dramática, y quizá por eso estas aquí, pero no, tampoco tu trajiste drama, no has pudiste romper la burbuja de protección en la que he crecido y lograste que tuviera uno de los momentos donde más amado me he sentido.

Ahora eres algo por lo cual vivir, vivir para vencerte, NOOOO, no quiero que seas mi motivación, pero eso eres, vencerte, demostrarte que a pesar de todo y a pesar de mí, te estoy ganando, puedo contra ti, y a pesar de llevarte dentro de mí no podrás detenerme, no me impedirás sentir esta gran intensidad que quiero hacer estallar.

Quizá si eres yo, ese yo tóxico que me autoflajela, que adora tomar tantos y tantos riesgos, llevar todo al límite bordeando el filo del barranco, saltando en puntas y dando giros vertiginosos bailando hasta el amanecer hasta quedar exhausto y de repente despertar junto a un cuerpo del que no pregunte el nombre.

Quizá si eres un poco yo, esa sensación de que no merezco esto, que a pesar de todo tengo tanta suerte, ya ves, estás en mí y no me has hecho daño como a tantos otros que te has llevado, tan tristes esas ausencias, tan tristes esos destinos, quizá les ganó el miedo, quizá yo no te lo tengo. Mis ganas de doblegarte hasta hoy han podido detenerte, estás en mí pero no te siento y no te quiero sentir, solo has sido una sombra que tengo que vigilar cada 3 meses, que trato de alejar bailando hasta quedar exhausto y no tener fuerza ni para pensar en ti.

Así quiero que te quedes, escondida en mi sombra, tu obscuridad es la contraparte que necesito para encender mi fuego, esa pasión que siento cada que te recuerdo y siento que te destruiré, que te venceré, tu obscura presencia dentro de mí me hacen sentir poderoso, ya ves 14 años y yo sigo aquí, mejor que ayer, mejor que nunca. No, no eres yo, pero me ayudaste a descubrir que puedo llegar al fondo y salir de ahí, que puedo seguir con los pies en el fango pero mi cabeza está arriba viendo la luz, que mis brazos son fuertes y puedo transformarme en un monstruo de fuego, desataste la furi
a necesaria para correr e intentar alzar el vuelo, no tengo alas, pero tengo tantas ganas de volar que lo lograré, no te puedo sacar de mi pero te puedo doblegar, te puedo vencer, quizá mañana me ganes tú, pero hoy, yo soy quien manda en mi cuerpo y en mi corazón.

Finalmente llegará el momento, quizá no seas tú quien me gané, quizá sólo sea que el fuego de repente se apague, y en ese momento quiero que alguien me recuerde con una sonrisa mientras toma mi mano y se lleve estas ganas de vencerte, espero todavía estar mucho tiempo aquí, y poder lograr levantar ese vuelo que tanto deseo, sigo corriendo, cada vez más fuerte, quizá si acelero más lo podré lograr, No eres yo, no me detendrás, algún día estaré volando, ya lo verás ;).

PD. Un abrazo inmenso a mi Mamá que me ha acompañado en estos 14 años de diagnóstico. Otro abrazo muy fuerte a aquellos que si te has llevado, siento tanto no haber podido estar más cerca.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Guía práctica para el recién diagnosticado con VIH.


Antes de leer esta guía ten en cuenta que esta es una visión personalísima del autor (Osea yo: Ciego Positivo), ¿pretende ayudarte? si, pero está basada exclusivamente en mi percepción, no pretende ser un documento científico ni nada por el estilo.

Hace más de 5 años me diagnosticaron con VIH, estaba en el mejor momento de mi vida (y sigo en el mejor momento) viendo todo en retrospectiva creo que pude reaccionar de otra manera, tantos mitos y tantas fantasías acerca del virus además de relaciones personales muy intensas me destrozaron literalmente el alma, fue tan profundo el pesar que sentía que me dolía todo, absolutamente todo. Espero que mi muy personal experiencia te ayude un poco a superar el “trauma” inicial de saber que tienes VIH. Dividiré esta pequeña guía en dos partes una sobre el trabajo interior y el fortalecimiento de tu personalidad (Enfrentando la situación) y otra sobre acciones directas respecto a la salud (Muévete).

Enfrentando la situación:

1.    No tengas miedo. Después de 5 años te puedo decir que no es para tanto. No lo voy a negar, he visto casos que han concluido en muerte o en un padecimiento prolongado en el hospital, pero estos casos han sido de gente que (me duele mucho decirlo) no se atendieron, gente que se quedó paralizada por el miedo, dejaron que el pánico tomara las riendas y se ocupara de ellos. Estoy aprendiendo a no juzgarlos pero es tan doloroso verlos porque sé que de alguna forma también pudiera ser yo. Por otro lado también he visto casos de gente que estaba muy mal al momento del diagnóstico o que tuvieron la mala suerte de pescar una efermedad oportunista y se han recuperado bastante bien, y gente que lo ha usado como detonante y está mucho mejor que nunca en toda su vida.

2.    Comenta tu situación a alguien. Eso te liberará de esta carga emocional tan fuerte. OK Es probable que tengas reacciones adversas, por ej. Yo se lo dije a mi novio y su reacción durante 3 meses fue de total rechazo, me hizo sentir mierda, pero también se lo dije a mis mejores amigos, a mi Mamá y a mis hermanos y su reacción, ufff, no tengo palabras, fue increíble, como si cada uno de ellos pusiera una pomada de una forma tan delicada y suave sobre mi corazón, sus abrazos en esos días son cosas que nunca, nunca olvidaré, gracias a ellos conocí el significado de amor incondicional. Sólo trata de ser selectivo con respecto a quien se lo cuentes, obvio si tienes novio en ese momento es necesario que se lo cuentes.

3.    Tu NO tienes la culpa. La culpa de esto la tiene un virus. Tu búsqueda imparable de amor, tu desesperada necesidad de reconocimiento o tu simple calentura nocturna no son los culpables de que estés aquí, es un virus, un maldito virus, hay miles (millones) de personas con tus mismas carencias, necesidades, gustos y comportamientos que no están en esta situación, hay gente que está aquí por que así nació, esposas abnegadas y fieles, gente que siempre usó condón (hay que decirlo: no es 100% seguro) gente que se contagió en su primera vez, personas que hasta después de coger sin condón con miles se contagiaron, en fin millones de casos diferentes, ninguno es culpable de haberse infectado, el culpable es este maldito virus.

4.    Busca ayuda profesional. Un trabajador social con experiencia o un psicólogo te pueden a ayudar a sobrellevar este momento. NO, no estás loco, no es que no puedas tu solo, pero se trata de encontrar la mejor situación para uno mismo y alguien entrenado para ayudar a enfrentar situaciones difíciles no viene mal.

5.    Deja las obsesiones de lado. No te vas a curar, no te vas a morir pasado mañana, tu mascota no te va a contagiar de enfermedades extrañísimas por respirar enfrente de ella, no te vas a enfermar de gripe con el primero que estornude enfrente de ti, no vas a contraer diarreas mortales por comer en la calle… OBVIO te tienes que cuidar pero no te martirices ni dejes de hacer cosas, no tienes que vivir en una burbuja. Tampoco pierdas el tiempo y el dinero buscando curas mágicas. No sufras ni te dañes tu mismo buscando culpables pensando en una venganza, de todos modos tu seguirás aquí, cómo yo, con el virus, mejor aprovecha el tiempo en tratar de disfrutar cada minuto y cada segundo.

6.     Vívelo en Grupo. En lo personal no soy el más fan de esto, pero tengo amigos a los que les ha ayudado bastante, el sentido de comunidad y de que no estás solo es de gran ayuda y también pueden solventar las necesidades de atención que tenemos, además puedes obtener tips para tu atención en la clínica de tu comunidad, generalmente en el CAPACITS o en el IMSS saben de estos grupos o mientras esperas tu consulta le puedes preguntar a alguien más.

7.    Toma las riendas de tu salud. También toma las riendas de tu vida, pregunta, investiga, responsabilízate, cuídate, quiérete mucho, y decide con base en información fidedigna. Ni los doctores, ni las trabajadoras sociales, ni tu familia son responsables de tu salud, como todo en la vida, de ti depende estar bien con o sin VIH.

8.    Ponte una meta. Ir a Europa, comprarte un auto, independizarte, terminar la carrera, una maestría, bajar de peso, subir de peso, ten en mente siempre algo que quieras alcanzar y trabaja en ello. un motivo para vivir y que dependa en su mayor parte de ti, y cuando lo logres ponte una nueva meta y así siempre ten en mente lograr algo material y tangible. Metas como “Ser Feliz”, “Tener hijos”, “Casarme”, “Hacer el bien” están padres pero son muy ambiguas o no dependen totalmente de ti, así que tu esfuerzo se puede disipar o frustrar y en este momento es lo que menos queremos.

9.    Has Ejercicio. Te vas a sentir mucho mejor ya que liberas endorfinas y tu perfil hormonal se equilibra dándote un mejor estado de ánimo y optimismo, dormirás más y mejor por estar cansado y  no sufrirás de insomnio que da pauta a sufrir pensando y haciendo tonterías.

10.    Automotívate. Todos los días al despertar ponte enfrente del espejo y di a ti mismo cosas bonitas, Ponte una canción motivadora y positiva que te guste mucho y cántala al despertar, busca otra para la noche y báilala antes de dormir. También puedes hacer tu propio mantra y recitarlo mientras te bañas, yo me hice este: “Estoy bien sano, estoy bien bueno, tengo 1200 cd4, tengo cero carga viral”. No sé si en la realidad funcione  para que mis defensas aumenten y para detener al virus, pero en el ánimo vaya que lo hace, puede que a medio día ya ni te acuerdes y que salgan sapos y culebras de tu boca y de tu mente, pero al menos despiértate y duérmete sonriéndote y llenándote de cosas padres.

11.  Si, cambia tu vida. Por un lado te cambia la vida. Hay cosas  que son de hueva (flojera): las colas, las esperas, los trámites, casarte con el tratamiento. Hay cosas buenas: puedes aprovechar para ser más consciente, para tratar de disfrutar más la vida, para aventarte a hacer algo que habías pospuesto, vas a cuidar más de ti. También hay cosas malas: te tienes que hacer fuerte para enfrentar posibles rechazos, enfermar gravemente con alguna infección oportunista, sufrir los efectos secundarios de los medicamentos.

12.  No, no cambia tu vida. Sigues siendo el mismo y sigues teniendo el mismo valor como persona, sigues siendo arquitecto, ingeniero, chef, matemático, estilista o un huevón bueno para nada. Sigues siendo introvertido, serio, sociable o el alma de la fiesta, sigues siendo el mismo ser hermoso u horrible que eras antes de saber el diagnóstico, lo puedes tomar como una oportunidad pero no tienes que cambiar, tu vales por ti y no por un virus y no te preocupes por la soledad o por tener hijos o por tener trabajo, tienes inteligencia, corazón y si te cuidas mucha energía para vivir con este o con cualquier problema, todo mundo tiene situaciones adversas y de discriminación: que si naciste pobre, que si eres chaparrito o muy alto, que si no hay escuelas en tu ciudad y tienes que mudarte para estudiar lo que quieres, que si eres moreno o que si eres güero, que si tu papá es esto o el otro, que si conoces o no conoces a alguien, que la crisis y el desempleo en fin, todos tenemos obstáculos que sortear a nuestro paso, está en tus manos enfrentar esta situación y ser feliz con ella o a pesar de ella. Créemelo, con tantito que te esfuerces puedes salir adelante.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

El Viaje


Creíste que no te iba a pasar nada, pensaste que ibas a lograr pasar por el inmenso pantano sintético sin si quiera una pequeña mancha en tu atesorada blancura, ¿Que tenías en la cabeza? Lo peor es que ni siquiera veías la asquerosidad que rodeaba todo lo que hacías, parece increíble que no percibieras el olor a mierda de esos arrabales dorados en los que te refundías, El pestilente tufo a podredumbre que destilaban tus poros cada fin de semana infinito que hacías durar de jueves a domingo.
Se te hacía tan fácil, las luces brillantes, cuerpos perfectos bailando desaforados, el sexual olor del sudor destilado por el asfixiante calor artificial, ese mundo de colores y amor infinito que producía una pequeña capsulita, bueno... una, dos, tres... rayas blancas, "k", ácidos, y todo un coctel de artificios a los cuales jamás decías que no. Y Tu tan despreocupada en tu nube de "felicidad" comprada, no te diste cuenta que iban cayendo como moscas los que llegaron antes que tú, ni siquiera es que lo fueran haciendo poco a poco, uno tras otro, muchos de pronto, todos iban cayendo, algunos en hoyos oscurísimos, fríos, llenos de soledad e impotencia, hoyos sin salida de 3 metros de profundidad, otros en trampas tejidas por sensuales arañas que pronto se convertían en brujas atándolos entre problema y problema hasta desquiciar sus mentes pequeñas.
 
¿Sabes? Hubiera sido más fácil, si hubieras tenido el valor ese día, pisar el acelerador a fondo en tu noche de euforia, así como vas, hasta el fondo, lo estabas deseando, al fondo y volar, hasta el cielo, al infinito, al fin del mundo y más allá, entre estrellas y música disco, bailando “En la ola blanca” subiéndote hasta la cresta de la ola de viento y ¡paf! volar para siempre,
Probablemente hubieras llegado al cielo, llevándote de paso un par de cristianos, pero que más dá, tendrías compañía, tu tan rodeado de gente siempre, sintiéndote tan solo siempre. Dicen que el cielo es la última imagen que uno ve, y tu estabas viendo las estrellas, los focos multiplicarse en infinito, 3ra y 4ta dimensión sensorial, voces de divas pop con beats trance, olor a feromonas y maple, labios de fresa y miel de muchas bocas y cuerpos besados en esa noche de domingo que empezaste el jueves, ¿Qué te detuvo? ¿El miedo a perder tu vida? ¿Cuál vida? ¿La que tratas de olvidar los fines de semana? ¿Esa que inevitablemente regresa a ti con su pesada aburrición las mañanas del lunes?¿Por que no pisaste a fondo? Parecía divertido…, pisar a fondo y volar, ¿creías que te faltaban muchas cosas por vivir? ¿Qué cosas? ¿Vivir? ¿Sentir? Si no estás dispuesto a nada más que alimentar tu vanidad, ¿De verdad lo creías?, eres un imbécil, hubiera sido mejor que pisaras el acelerador, bien a fondo, liberar los frenos, tomar vuelo en el puente y ¡paf! Volar…, de todos modos perdiste el control, de todos modos no supiste que pasó, sólo un gran golpe, la visión enrojecida, las manos cubiertas por ese líquido viscoso y sólo un poco de fuerza.

Ahora estás aquí: ...perdido, en un viaje sin sentido, sólo acertaste a orillar el auto con la fuerza que le quedaba al motor y la poca fuerza y cordura que te quedaban a tí, sólo acertaste a detenerte y esperar a que todo pasara, sigues esperando que pase y ahora has destrozado tu pequeño paraíso, de ser el sol de tu pequeño mundo, te has vuelto una inmensa y pesada piedra, por que no pisaste el maldito pedal!, era el momento perfecto!, ¿qué te hacía pensar que todo podría estar mejor? Ahora estás aquí perdido, deformado,  tu hermosa blancura se ha tornado en ese amarillento color del encierro, tu mente atrapada en absurdos y sin sentidos, tu otrora hermoso cuerpo cincelado por esteroides y horas en el gimnasio está atrapado, inmovilizado en una maldita silla 24/7, respirando sin sentido, repitiendo sonidos guturales, tratando de cantar esa última rola que quedó grabada en tu mente una y otra vez, esa voz de mujer diciéndote: “todo va estar bien”, volviendo loco a todo tu entorno, volviéndote loco tú, atrapado en esa nube turbia de luces y sonidos atormentando tu desquiciada mente y tu atormentado sentir.

jueves, 29 de agosto de 2013

Con Estrella (De nacimiento).

Siempre he querido pensar que mi mamá deseaba que pudiera sentir este sol en mi cara mientras mi nariz respira el fresco olor a sal y mis oídos escuchan el intenso oleaje de Cuyutlán, que tan sólo por estos minutos de perfecto placer y paz que me puedo tomar todos los días mi madre prefirió tenerme aunque sabía que no podría cuidarme, aunque yo hubiera nacido del gran dolor que habían causado en su vida. Siempre he querido pensar que mi madre deseaba tanto que pudiera disfrutar de la vida que a ella le habían hecho desdeñar, que quería que disfrutara de despertar y sentir las sábanas rozando mi piel mientras el sol entra travieso entre las rendijas de la persiana para despertarme, que la recordara con el olor del café recién preparado inundando la casa, que disfrutara de todas estas cosas sencillas que hacen el día a día tan pleno, como la sonrisa de la abuela mientras me grita a todo pulmón que baje a desayunar, a veces pienso que su única misión en la vida es ponerme gordo, lo bueno es que me escapo de ella para ir a la escuela y para jugar con mis vecinos si no por ella estaría comiendo todo el día.
Nunca he tenido otra realidad más que esta, así nací, en esta playa donde mi bellísima madre se volvió loca, mi abuela también lo hizo, se volvió loca por mi, creo que el haber perdido a su hija de una manera tan dolorosa la hizo volcar todo su amor hacía mi, agradezco tanto a mi Madre y tanto a Dios haberme dejado con mi abuela, esta mujer madura llena de alegría y de energía, que me ha dado la mejor vida que alguien pueda tener, llena de pequeñas aventuras, de hermosos detalles todos los días, alejando cualquier miedo que cercara mi sonrisa.
 
Recuerdo cuando empecé a tener consciencia de las visitas mensuales a la clínica, y el miedo que me producía saber el que a lo mejor ese día me tocaba toma de muestras, el pánico que me provocaba tener que enfrentarme al monstruo de la aguja y como mi abuela convirtió esa aventura en una conquista de dragones y princesas, donde ella y yo éramos los héroes, y si me tocaba la toma de sangre, ver sus mangas arremangadas y pedir que a ella también le tomaran su muestra, hacerse la valiente mientras le sacaban su preciosa sangre antes que a mí aunque ella no lo necesitaba, sólo por mi, sólo para que no tuviera miedo de las malvadas agujas y al terminar pararse triunfante con un grito de victoria, haciéndome reír con sus muecas y saltos grotescos, haciendo reír a las enfermeras a las que platicaba todas mis gracias y travesuras de niño. Recuerdo como me despertaba tempranito y nos subíamos a la camioneta del tío Juancho que malhumorado nos llevaba hasta Colima para la consulta, ahora voy solo en el primer camión de la mañana pensando en la sonrisa de la abuela, nunca le digo cuando me toca consulta aunque a veces encuentra mi carnet y no hay forma de disuadirla a que se quede y me acompaña junto con el tío Juancho y su amodorrado malhumor, ahora soy yo el que maneja la camioneta en esos días, cantando Sr. Sol con la abuela mientras vamos por la carretera.
 
Ya casi tengo 18 años, estoy por entrar a la universidad, ahora tengo tantas ganas de vivir, como siempre las he tenido, como las ganas que tiene mi abuela de hacerme feliz, ahora tengo ganas de gritar y de cantar, de estudiar con ahínco y de conquistar al mundo, no sé si este virus es bueno o es malo, gracias a los cuidados y disciplina de la abuela nunca he estado realmente enfermo, pareciera que en mi caso ha sido un virus de “salud” un par de pastillas al día y todos mis catarros son de un poco de flujo nasal por tres días un par de veces al año, mi viruela infantil fue muy benévola conmigo, nunca sufro del estómago y mis riñones e hígado han resultado ser muy fuertes, hago deporte todos los días y me siento lleno de energía, he visto mucho sufrimiento y enfermedad en la clínica, pero gracias a Dios y a mi abuela en estos 18 años no he pasado enfermedad grave, ahora me toca cuidarme a mí, tendré que dejar mi hermoso Cuyutlán para estudiar en Colima, ya no tendré la voz de la abuela despertándome todos los días para darme mi pastilla y el desayuno, ya no estará en la puerta de mi cuarto esperándome en la noche para darme la segunda dosis, ahora me tocará prepararme a mi las 5 comidas diarias que me recomendó el doctor, lavar con sumo cuidado las verduras y frutas que disfruto comer todos los días, tener mi cuarto en la pensión impecable de limpio, espero pronto terminar mi carrera y trabajar muy duro, espero ser pronto yo el que cuide de mi hermosa abuela. Espero este virus nunca me detenga en mi propósito de hacer sonreír a la abuela todos los días como ella lo intenta conmigo, deseo poder ganar lo suficiente para jubilar la camioneta del tío Juancho y llevarlos a pasear por el mundo.
Mi abuela dice que tengo estrella, esa estrella azul de la tarde, yo sé que soy hijo de venus, mi hermosa madre, que sabía estaría mejor con la abuela. Mi Abuela dice que mi estrella me ayudará a encontrar una mujer tan bella como mi madre, yo quiero encontrar una tan alegre como mi abuela, y mientras la encuentro la tengo a ella para llenar mis alegrías y tristezas. No me preocupa el virus, sé que cuando encuentre a esa mujer todo será perfecto y no habrá ni virus ni ninguna otra cosa que se interponga entre nosotros. Sí, definitivamente tengo Estrella, vengo con ella de nacimiento, mi vida podría haber sido una tragedia, una madre violada que no supo que hacer con ese dolor más que tenerme, que sucumbió después de su embarazo ante el dolor de la enfermedad y la tragedia de sentirse usada. Un virus invadiendo mi cuerpo, un virus que puede ser mortal y que no daba muchas expectativas a mi vida, un pueblo alejado sin muchos recursos para atender la salud de su gente, una época donde todavía no había tantos avances y conocimiento de como tratarme, no conozco otra realidad, no sé si pude estar mejor, he tenido este virus todo mi vida, es mi realidad de nacimiento, una realidad que ha sido buena conmigo, que me dejó al cuidado de una cariñosa abuela, y un regañón Tío Juancho, una realidad en la que el cuidado de mi salud es cosa de todos los días, donde he podido ser inmensamente Feliz, definitivamente tengo estrella, se llama Romina, mi hermosa abuela.
 
(Dedicado a todos esos padres, abuelos, tíos que han vencido tantos miedos y se han volcado en un tierno cuidado de seres queridos con alguna enfermedad o padecimiento, entre ellos a mi MAMÁ).