lunes, 11 de noviembre de 2013

Guía práctica para el recién diagnosticado con VIH II.

Muévete (Cuidando tu salud).

Hola! les presento la 2da parte de esta guía (espero) práctica. Otra vez repito: esta es una visión personalísima del autor (Yo: Ciego Positivo) sobre lo que se puede hacer en caso de que te acaben de diagnosticar, no tiene nada de científico o de profesional, digamos que sólo es la experiencia de un amigo que ya estuvo ahí. Algunas de estas “recomendaciones” son espejo de la guía anterior.

1.    No tengas miedo. Ten en cuenta que con un poco de disciplina y atención oportuna el VIH se puede llevar mucho más fácil que por ejemplo la Diabetes, el Cáncer, la Insuficiencia Renal o la Hepatitis, obvio cuídate para tratar de no caer en estas otras enfermedades.

2.    Disciplina y atención oportuna. Primero que nada, nunca faltes a tus consultas, mucho menos a tus tomas de muestras, si ya estás en tratamiento se exageradísimo con los horarios en los que tienes que tomar tus medicamentos, igualmente si tienes que tomar medicamento para otras afecciones, tómalos a las horas indicadas y durante todo el tiempo que indique tu médico. Lo que comes también es importante trata de hacer al menos 4 o 5 comidas al día, se disciplinado tanto en el contenido como en los horarios. Ante cualquier malestar acude al doctor, es mucho más fácil para ellos sacarte de una afección en la garganta o una gripe de 1 día que de una neumonía o de tuberculosis. Si no experimentas mejora alguna al 3er día de tratamiento regresa con el doctor.

3.    Conoce como es el proceso de atención. Platica con el doctor de tu Capacits o clínica del IMSS, con la trabajadora social y con un par de pacientes para que identifiques como son los procesos y procedimientos que hay que seguir tanto para trámites como en lo que respecta a le “evolución” del padecimiento.

4.    Pide una batería de pruebas para EST’s. La verdad es que en su momento no lo sabía y me la ofreció la doctora que me atendió, tuve la suerte de que fuera la jefa de infectología del hospital, pero no siempre piden estas pruebas, esta batería debe incluir un VDRL, un Perfil de Torch (Toxoplasmosis, Rubeola, Citomegalovirus, Herpes Simple), Hepatitis.

5.    Aprende a leer tu cuerpo. Ok no tenemos ni tiempo ni dinero para correr al doctor con cualquier estornudo o estrujón de tripas, así que aprende a leer tu cuerpo, medio día con estornudos y cuerpo cortado requieren una visita al doctor, este punto va de la mano con la atención oportuna. Un estómago flojo en la mañana se puede deber más a la dieta que a una infección, pero si va acompañado de ascos, dolor de cabeza o algún otro malestar que sientas que va de la mano junto a tu rápida y aguada visita al baño puede ser un problema, si a la media hora tienes que volver a ir, si que es un problema y si llega una tercera vez, no lo dudes corre inmediatamente a tu clínica de atención.

6.    Se amigo de un doctor. He tenido la suerte de toparme con 3 médicos en este proceso que se han convertido en grandes amigos, la verdad es que es un gran alivio que puedas confiar en un doctor y contarle todas tus preocupaciones, además que para padecimientos leves te puede revisar y recetarte ahorrándote una lana, no tiene que ser tu médico de cabecera, ese es otro, este es más para platicar de tus miedos y demás con alguien de confianza y que aparte sepa del tema salud.

7.    Ten un Médico de cabecera. Si puedes costear atención particular te sugiero que lo hagas, mantén el servicio en el CAPACITS o en el IMSS para las muestras y para el medicamento, pero para todo lo demás ten un doctor que te atienda en forma particular, puede ser el mismo del programa público u otro que encuentres en tu ciudad, obvio que tenga experiencia en atención a enfermos de VIH, un internista o urgenciólogo. Por más que quiera uno ser fuerte, optimista o amable, las colas, esperas, trámites y calidez de la atención en el sistema público pueden ser deprimentes, fastidiosas y cuando uno se siente mal lo último que quiere es toparse con esas incomodidades. En caso de que sean dos diferentes es muy importante que les comentes tanto a uno como a otro lo que vaya pasando y el del CAPACITS lo pueda documentar en tu expediente. Trata de ser muy amable en tu lenguaje con ambos Doctores para no herir su orgullo profesional.

8.    Aliméntate sanamente. Suena a comercial pero uno es lo que come o como dijo el  célebre Hipócrates, padre de la medicina: “Que tu alimento sea tu medicina”, comer bien mejorará tu perfil inmunológico y te ayudará a enfrentar mejor las infecciones, además de identificar perfectamente las infecciones estomacales de los problemas digestivos, por lo menos 4 o 5 comidas al día que contengan proteína, muchas verduras, grasas y carbohidratos de calidad además de 2 a 3 litros de agua. Alimentos recomendados: brócoli, zanahoria, jitomate (tomate rojo), papaya, avena, pollo, pescado, huevo (siempre cocinado), aceite de oliva extra virgen, leche. Aprende a disfrutar el comer bien, después de unos 4 meses uno se empieza a preguntar porque no lo hizo antes, recuerda que tampoco implica privarse de cosas y sufrir, como en todo es tener una consciencia general de lo que hace bien y hacerlo.

9.    Has ejercicio. El ejercicio estimula a tu cuerpo a mejorar muchas de sus funciones, también te ayuda a relajarte y disminuir el estrés mental que puede perjudicar tu perfil inmunológico, no mas no exageres por que puede ser contraproducente, una rutina de 30 minutos con pesas 3 ó 4 veces a la semana y caminar siempre que puedas, 3 o 4 sesiones de yoga, trotar durante media hora unos 4 días a la semana, igual que la comida, después de unos 3 o 4 meses de constancia se vuelve una necesidad y uno se pregunta como puede vivir la gente sin ejercicio y sin comer saludablemente. No se recomienda mucho la natación por que las albercas y baños son caldos de cultivo para infecciones (esto me lo dijo un doctor, pero Jack Mackenroth compite en natación y está uffff sanísimo y con más de 20 años de diagnóstico, http://jackmackenroth.com/bio ). 

10.  Terapia alternativa. Si aún no estás en necesidad de tomar tratamiento (Para México más de 350 cd4 y menos de 100mil de carga viral) busca alguna terapia alternativa, yo no soy doctor y no puedo recomendar ninguna. Yo investigué y encontré que el Ácido Alphalipoico se ha usado como complemento en terapias combinadas con retrovirales con mucho éxito, además de no tener efectos secundarios por lo que YO me decidí a tomarlo, lo comenté con mi Doctor y me dijo que no había problema, otros amigos han tomado Clorofila, otros Equinacea, estas terapias NO SON UNA CURA, NO SUBSTITUYEN A LOS ARV's pero te pueden ayudar a mejorar tu estado general de salud y tu estado de ánimo al sentir que estas haciendo algo y que no estás dejando tu salud a la suerte de lo que diga el virus y por lo tanto prolongar el momento de no necesitar ARV’s. A continuación una lista de complementos alimenticios que te pueden ayudar:

Glutamina. Ayuda a mejorar el perfil inmunológico y la salud del sistema digestivo, utilízalo sobre todo si haces ejercicio antes y después.

L-Carnitina. Ayuda a mejorar el perfil inmunológico, también el de triglicéridos que tienden a subir con los ARV’s, igualmente ayuda a quemar grasa y mejorar el nivel de energía durante el ejercicio para en lo posible disminuir los efectos de lipodistrofia.

Probióticos. Te ayudan con la salud de tu sistema digestivo al mejorar el estado de la flora intestinal, esta es básica para tener un sistema inmunológico fuerte.

Ácido alpha-lipoico. Mejora el perfil de triglicéridos, el aprovechamiento energético de carbohidratos, es un excelente antioxidante, hepato y neuro protector y en pruebas in vitro mostró actividad para inhibir la reproducción del virus de VIH, se receta como complemento alimenticio para algunos pacientes que ya usan ARV’s mejorando el tiempo de respuesta en ser indetectables y con niveles óptimos de CD4.                                                                                http://link.springer.com/article/10.1007/BF01649442#page-1

jueves, 7 de noviembre de 2013

Guía práctica para el recién diagnosticado con VIH.


Antes de leer esta guía ten en cuenta que esta es una visión personalísima del autor (Osea yo: Ciego Positivo), ¿pretende ayudarte? si, pero está basada exclusivamente en mi percepción, no pretende ser un documento científico ni nada por el estilo.

Hace más de 5 años me diagnosticaron con VIH, estaba en el mejor momento de mi vida (y sigo en el mejor momento) viendo todo en retrospectiva creo que pude reaccionar de otra manera, tantos mitos y tantas fantasías acerca del virus además de relaciones personales muy intensas me destrozaron literalmente el alma, fue tan profundo el pesar que sentía que me dolía todo, absolutamente todo. Espero que mi muy personal experiencia te ayude un poco a superar el “trauma” inicial de saber que tienes VIH. Dividiré esta pequeña guía en dos partes una sobre el trabajo interior y el fortalecimiento de tu personalidad (Enfrentando la situación) y otra sobre acciones directas respecto a la salud (Muévete).

Enfrentando la situación:

1.    No tengas miedo. Después de 5 años te puedo decir que no es para tanto. No lo voy a negar, he visto casos que han concluido en muerte o en un padecimiento prolongado en el hospital, pero estos casos han sido de gente que (me duele mucho decirlo) no se atendieron, gente que se quedó paralizada por el miedo, dejaron que el pánico tomara las riendas y se ocupara de ellos. Estoy aprendiendo a no juzgarlos pero es tan doloroso verlos porque sé que de alguna forma también pudiera ser yo. Por otro lado también he visto casos de gente que estaba muy mal al momento del diagnóstico o que tuvieron la mala suerte de pescar una efermedad oportunista y se han recuperado bastante bien, y gente que lo ha usado como detonante y está mucho mejor que nunca en toda su vida.

2.    Comenta tu situación a alguien. Eso te liberará de esta carga emocional tan fuerte. OK Es probable que tengas reacciones adversas, por ej. Yo se lo dije a mi novio y su reacción durante 3 meses fue de total rechazo, me hizo sentir mierda, pero también se lo dije a mis mejores amigos, a mi Mamá y a mis hermanos y su reacción, ufff, no tengo palabras, fue increíble, como si cada uno de ellos pusiera una pomada de una forma tan delicada y suave sobre mi corazón, sus abrazos en esos días son cosas que nunca, nunca olvidaré, gracias a ellos conocí el significado de amor incondicional. Sólo trata de ser selectivo con respecto a quien se lo cuentes, obvio si tienes novio en ese momento es necesario que se lo cuentes.

3.    Tu NO tienes la culpa. La culpa de esto la tiene un virus. Tu búsqueda imparable de amor, tu desesperada necesidad de reconocimiento o tu simple calentura nocturna no son los culpables de que estés aquí, es un virus, un maldito virus, hay miles (millones) de personas con tus mismas carencias, necesidades, gustos y comportamientos que no están en esta situación, hay gente que está aquí por que así nació, esposas abnegadas y fieles, gente que siempre usó condón (hay que decirlo: no es 100% seguro) gente que se contagió en su primera vez, personas que hasta después de coger sin condón con miles se contagiaron, en fin millones de casos diferentes, ninguno es culpable de haberse infectado, el culpable es este maldito virus.

4.    Busca ayuda profesional. Un trabajador social con experiencia o un psicólogo te pueden a ayudar a sobrellevar este momento. NO, no estás loco, no es que no puedas tu solo, pero se trata de encontrar la mejor situación para uno mismo y alguien entrenado para ayudar a enfrentar situaciones difíciles no viene mal.

5.    Deja las obsesiones de lado. No te vas a curar, no te vas a morir pasado mañana, tu mascota no te va a contagiar de enfermedades extrañísimas por respirar enfrente de ella, no te vas a enfermar de gripe con el primero que estornude enfrente de ti, no vas a contraer diarreas mortales por comer en la calle… OBVIO te tienes que cuidar pero no te martirices ni dejes de hacer cosas, no tienes que vivir en una burbuja. Tampoco pierdas el tiempo y el dinero buscando curas mágicas. No sufras ni te dañes tu mismo buscando culpables pensando en una venganza, de todos modos tu seguirás aquí, cómo yo, con el virus, mejor aprovecha el tiempo en tratar de disfrutar cada minuto y cada segundo.

6.     Vívelo en Grupo. En lo personal no soy el más fan de esto, pero tengo amigos a los que les ha ayudado bastante, el sentido de comunidad y de que no estás solo es de gran ayuda y también pueden solventar las necesidades de atención que tenemos, además puedes obtener tips para tu atención en la clínica de tu comunidad, generalmente en el CAPACITS o en el IMSS saben de estos grupos o mientras esperas tu consulta le puedes preguntar a alguien más.

7.    Toma las riendas de tu salud. También toma las riendas de tu vida, pregunta, investiga, responsabilízate, cuídate, quiérete mucho, y decide con base en información fidedigna. Ni los doctores, ni las trabajadoras sociales, ni tu familia son responsables de tu salud, como todo en la vida, de ti depende estar bien con o sin VIH.

8.    Ponte una meta. Ir a Europa, comprarte un auto, independizarte, terminar la carrera, una maestría, bajar de peso, subir de peso, ten en mente siempre algo que quieras alcanzar y trabaja en ello. un motivo para vivir y que dependa en su mayor parte de ti, y cuando lo logres ponte una nueva meta y así siempre ten en mente lograr algo material y tangible. Metas como “Ser Feliz”, “Tener hijos”, “Casarme”, “Hacer el bien” están padres pero son muy ambiguas o no dependen totalmente de ti, así que tu esfuerzo se puede disipar o frustrar y en este momento es lo que menos queremos.

9.    Has Ejercicio. Te vas a sentir mucho mejor ya que liberas endorfinas y tu perfil hormonal se equilibra dándote un mejor estado de ánimo y optimismo, dormirás más y mejor por estar cansado y  no sufrirás de insomnio que da pauta a sufrir pensando y haciendo tonterías.

10.    Automotívate. Todos los días al despertar ponte enfrente del espejo y di a ti mismo cosas bonitas, Ponte una canción motivadora y positiva que te guste mucho y cántala al despertar, busca otra para la noche y báilala antes de dormir. También puedes hacer tu propio mantra y recitarlo mientras te bañas, yo me hice este: “Estoy bien sano, estoy bien bueno, tengo 1200 cd4, tengo cero carga viral”. No sé si en la realidad funcione  para que mis defensas aumenten y para detener al virus, pero en el ánimo vaya que lo hace, puede que a medio día ya ni te acuerdes y que salgan sapos y culebras de tu boca y de tu mente, pero al menos despiértate y duérmete sonriéndote y llenándote de cosas padres.

11.  Si, cambia tu vida. Por un lado te cambia la vida. Hay cosas  que son de hueva (flojera): las colas, las esperas, los trámites, casarte con el tratamiento. Hay cosas buenas: puedes aprovechar para ser más consciente, para tratar de disfrutar más la vida, para aventarte a hacer algo que habías pospuesto, vas a cuidar más de ti. También hay cosas malas: te tienes que hacer fuerte para enfrentar posibles rechazos, enfermar gravemente con alguna infección oportunista, sufrir los efectos secundarios de los medicamentos.

12.  No, no cambia tu vida. Sigues siendo el mismo y sigues teniendo el mismo valor como persona, sigues siendo arquitecto, ingeniero, chef, matemático, estilista o un huevón bueno para nada. Sigues siendo introvertido, serio, sociable o el alma de la fiesta, sigues siendo el mismo ser hermoso u horrible que eras antes de saber el diagnóstico, lo puedes tomar como una oportunidad pero no tienes que cambiar, tu vales por ti y no por un virus y no te preocupes por la soledad o por tener hijos o por tener trabajo, tienes inteligencia, corazón y si te cuidas mucha energía para vivir con este o con cualquier problema, todo mundo tiene situaciones adversas y de discriminación: que si naciste pobre, que si eres chaparrito o muy alto, que si no hay escuelas en tu ciudad y tienes que mudarte para estudiar lo que quieres, que si eres moreno o que si eres güero, que si tu papá es esto o el otro, que si conoces o no conoces a alguien, que la crisis y el desempleo en fin, todos tenemos obstáculos que sortear a nuestro paso, está en tus manos enfrentar esta situación y ser feliz con ella o a pesar de ella. Créemelo, con tantito que te esfuerces puedes salir adelante.

viernes, 25 de octubre de 2013

Todo va estar bien II (¿El héroe?)

“Todo va a estar bien”, te dije con una seguridad que me sorprendió mientras te abrazaba. Te soltaste al fin por completo sobre mí y una tranquilidad invadió mi desconcertado ser fortaleciendo ese aplomo que había salido a primer instinto. “Todo va estar bien” repetí una y otra vez y cada vez lo creía más, sintiendo como por fin te dejabas ir por completo en mi, sólo acertaba a estremecerme cuando colocaste tu cabeza en mi hombro, Me olvidé de todo en se momento y sólo quería estar así por siempre, tu así sin defensas por fin creyendo en mí, yo en mi eterno e inconsciente optimismo, los dos en este abrazo de profundo y sencillo amor.
Los dos sabíamos nuestro pasado, parte del cual habíamos compartido intensamente los últimos dos años, un huracán de fiestas con fines de semana interminables, intercambio de cuerpos sin nombre que usábamos cómplices para placer mutuo, un desenfreno de substancias químicas y naturales para desbordar nuestros sentidos, absortos en este hedonismo puro el cual compartimos desde el primer momento. Yo sabía que te amaba desde la primera vez que te vi, me impactaba tu inteligencia y tu tomarte todo tan en serio y al mismo tiempo esa sensación embriagante de no poder esperar nada de ti, de llevar todo al borde, de estar en el límite de todo, siempre con tanta pasión. No estaba seguro de que tu lo sintieras, pero yo sabía que era amor y que nadie más podía llenar cada momento de mi vida con tantas cosas fascinantes, a veces sentía que estábamos cruzando peligrosamente un pantano pero tu pasión y mi optimismo me hacían pensar que siempre llegaríamos a buen puerto, yo sabía que tu arrogancia y sentido de autosuficiencia te hacían poner una barrera, nunca decías “Te quiero” y yo me guardaba para mi las ganas de gritarlo, pero tus llamadas para despertarme para ir al trabajo, tus visitas inesperadas en mi depa con cualquier pretexto, tu de repente soltarme un beso a mitad de la calle me decían lo importante que yo era para ti, lo veía en tus ojos y en tu sonrisa cuando me veías y lo sentía cuando estábamos solos y sobrios besándonos de una forma que sentía que querías entrar dentro de mi y quedarte ahí. A veces me dabas un poco de miedo pero no podía apartarte de mí, muchas veces quise parar este frenesí de cuerpos y substancias que hacías ver de lo más normal, pero no sin ti, finalmente yo también disfrutaba la belleza y el placer y me volví adicto a la sensación de peligro, sabía que no quería esto que vivíamos para el futuro, pero sabía que si te quería a ti en él, nunca hablamos de algo entre nosotros pero sabía que no podías estar sin mi así como yo sin ti, una locura indescriptible llenaba cada momento que vivíamos y ya no podía imaginarme sin hacer la vida contigo.
 
Tanto exceso tenía que dejar huella en tu cuerpo, yo empecé a conocer este mundo de luces nocturnas y excesos constantes contigo, no es que haya sido una blanca paloma pero en mi pueblo no había tantas opciones, tu ya llevabas un largo historial de fiestas y nombres en tu lista antes y durante nuestra historia, recuerdo haberte sentido algo raro esos dos últimos meses, la energía en el gimnasio te había bajado considerablemente, me decías que era normal cuando se terminaba un ciclo de roids pero yo me había puesto el mismo ciclo y seguía metiéndole durísimo, recuerdo ese fin que no salimos por que me quería dar gripa y para el martes tu estabas tumbado en cama con unas fiebres altísimas, me pediste que me quedara contigo, recuerdo tus noches de pesadillas aferrado apretando mi brazo y entre sueños decías “quédate, no me dejes”, a partir de esos días prácticamente viví contigo, se me hacía raro que me pidieras que me quedara esa noche, todos los días me lo pediste y yo encantado de estar contigo, después vinieron las mañanas de diarrea inexplicable durante un par de semanas, te esforzabas por tratar de seguir comiendo todo lo de la dieta y como no faltabas al gym aunque a mitad de rutina te sentías rendido, no entendía bien qué pasaba pero intuía que algo no estaba bien, otra vez mi, a veces tonto, optimismo y tu arrogante empeño en mantener esa imagen de perfección, mi fascinación por que todos los días me pidieras que me quedara contigo, mis ganas de amarte y de sentirte todo mío me impedían cuestionarte y tomar cartas en el asunto.
Así llegó el día de la Fiesta Blanca, estaba muy emocionado, no sé por que había dejado pasar tanto tiempo y tantas cosas para pedirte esto que quería desde el primer momento que te vi, recuerdo que hace dos años notaste mi existencia justo aquí en esta misma fiesta, yo ya te había visto un par de veces antes quedando maravillado por tu belleza y arrogancia y a partir de tu “hola” acompañado de una gran sonrisa quedé fundido, tu mirada se conectó con la mía, te acercaste y platicamos un par de tonterías y de la nada me besaste y esa noche no tuvimos ojos para nadie más, bailamos abrazados, yo me sentía tan cómodo con el calor que despedía tu cuerpo, tu no despegabas tu nariz de mi cuello haciéndome estremecer al sentir tu aliento, parecía que nuestros cuerpos amoldaban perfectamente, terminamos esa noche a las 3 de la tarde del día siguiente exhaustos, tomaste mi mano para salir del after y yo te seguí sin hacer ninguna pregunta, tu casa estaba cerca y caminamos hasta ella sin decir una palabra, así agarrados fuertemente de la mano, nadie me había sujetado tan fuerte y menos me había llevado caminando así por las calles del centro de la ciudad, creo que la gente nos veía no sé si por nuestro aspecto desvelado o por ir de la mano pero yo sólo te contemplaba bajo la intensidad del medio día, tu palidez del desvelo brillaba con el sol del verano quitándote el halo de arrogancia, develando un vulnerable y hermosísimo tu y de la nada esa felicidad inexplicable que siento cada que estoy contigo.
Lo tenía todo preparado, esas semanas que prácticamente había vivido contigo me dieron el valor de lanzarme al gran momento, por fin te diría tal cual: “Te Amo” y pedirte que viviéramos juntos, hasta compré un anillo sencillo con mis ahorros y aunque no podía darme los lujos que tu te dabas no tenía duda que te merecías eso y más, mi emoción no me permitía ver lo desgastado que estabas o más bien trataba de desviar mi atención de tu estado que me aterraba, no es que estuvieras del todo mal, pero sentía que algo extraño estaba pasando y no quería atreverme a hacerte preguntas ni siquiera hacérmelas a mi mismo, creo que en el fondo sabía la respuesta y sabía que podía estar pronto como tu, obvio no quería que estuvieras así, pero creía que si no pensaba en ello y si deseaba con todas mis fuerzas que mis cuidados te hicieran sentir mejor, eso que me aterraba iba a desaparecer. La noche de la fiesta blanca no tenías muchas ganas de salir, la verdad es que no habías querido salir los últimos fines de semana, ya no te habías sentido mal pero me dijiste que estabas cansado, siempre te emocionaba mucho esta fiesta era el evento del año: 24 horas de beats y luces intensas, el culmen del desenfreno, un mar de cuerpos sudorosos vestidos de blanco, que conforme subía el calor de la noche se iban despojando de camisas para mostrar el triunfo de la vanidad, la mayor concentración de músculos y esteroides por metro cuadrado del país y sí, también un flujo interminable de substancias químicas y naturales, prohibidas claro, para los gustos y ánimos de cualquier junkie, la verdad es que para mi la fiesta era lo de menos, te pedí que nos quedáramos en casa pero me dijiste: “estoy un poco cansado, pero no importa, una tacha y me aliviano”.
Ya en la fiesta te vi más relajado no dejabas de verme y por primera vez no buscabas otros cuerpos para compartir, yo no paraba de hablar estaba nerviosísimo, tu mirada fija me ponía aún más nervioso pero al mismo tiempo me hacía sentir único y me daba fuerza para hacerlo, te lleve al centro de la pista, ahí donde nos habíamos visto la primera vez, te regrese la mirada y me quedé viéndote un poco más delgado, un poco más pálido pero inmensamente hermoso, creo que aún más que la primera vez que te vi, tomé tu mano con la mía y con la otra busque en mi pantalón tu anillo, lo puse en tu dedo y acercándome a tu oído te pedí que viviéramos juntos, dijiste que sí, te abracé muy fuerte, más fuerte que nunca y sentí tus brazos rodeándome, tu cuerpo ardía y hacía mi corazón arder y entonces sentí que te dejabas caer sobre mi, sentí tu respiración agitada en mi cuello y te sentía cada vez más pesado, te habías dejado caer por completo en mí, te sujete aún más fuerte para que no te cayeras, las luces y la música dejaron de tener sentido y solo escuchaba tu respiración y tu nombre que salía de mi boca, no recibía respuesta alguna y un gran vacío invadió mi estómago, te saqué de la pista así abrazándote y arrastrando tus pies, al salir de la pista te cargué en brazos y corrí al auto, algunos amigos nos siguieron pero la verdad es que no reparé en nada, sabía que algo estaba pasando y que tenía que actuar, te acomodé en el asiento y encendí el auto, manejé rapidísimo, la ciudad a esas horas vacías y mi pie en el acelerador me permitieron llegar al hospital en 5 minutos…
Despertaste cuatro días después en terapia intensiva, había estado pegado a esa ventana viéndote, yo sabía que ibas salir de esto y cuando te vi abrir los ojos no pude más que sonreír y gritarte emocionado “todo va estar bien”. Quería buscar a las enfermeras o algún doctor, pero no podía despegarme de ti, vi que también me sonreíste y me derretí, quería romper la ventana y darte un beso eterno, después de un par de horas una enfermera se apiadó de mi y me dejó entrar, te di un beso en la frente tratándote de hacer sentir todo el amor del mundo. Ese mismo día te pasaron a piso y otros cuatro días después te dieron de alta, Yo estaba emocionadísimo iba a vivir contigo y con tu mamá que nos iba ayudar a cuidarte, tus papas se habían hecho en estos largos días mis mejores amigos contándome tantas cosas de ti, te veías algo débil pero contento, te traje tu sweater rojo y tus jeans favoritos, te ayude a vestir y a peinarte mientras te decía tonterías para hacerte reír, el doctor nos esperaba en su consultorio antes de darte de alta, te lleve en la silla de ruedas haciendo ruidos de motor rebasando enfermeras y doctores por los pasillos, llegamos con el doctor que nos estaba esperando en la puerta con un rostro muy serio me dijo: “espérenos afuera”, y tu dijiste que no importaba, y por primera vez me atreví a decir “Soy su novio” tomaste mi mano y me hiciste pasar conmigo, el doctor hizo una mueca de resignación, y empezó:
"Tu situación es digamos grave, pero puedes salir de ella, el golpe de calor que te hizo perder la conciencia fue por las drogas pero se vio agravado por una infección en tus ganglios linfáticos y en tus pulmones que no sé por qué no habían mostrado síntomas antes, te hemos hecho varios análisis y pues aquí están lo resultados”
Extendió tres sobres y los fuiste abriendo, Pude ver como se descomponía tu rostro enflaqueciéndose y tus ojos vidriándose con lágrimas contenidas al leer el primero de ellos, me pasaste la hoja, y la leí con calma, otra vez sentí el gran hueco en el estómago que sentí cuando te desvaneciste sobre mi, pero al mismo tiempo sentí algo inmenso en mi pecho y de mi boca salió: “Todo va estar bien” mientras ponía mi mano en tu hombro, el doctor te pidió los sobres y mencionó:
 “Tu cuadro infeccioso nos parecía algo raro, por los ganglios sumamente inflamados decidimos hacerte una prueba con el consentimiento de tus padres (nos esperaban afuera para llevarnos a casa) La prueba Elisa salió Reactiva, lo mismo la prueba de confirmación (Blood Western), eres VIH Positivo, te hicimos otras pruebas para ver en que estado te encuentras”, ambos estábamos pasmados, no entendía bien lo que decía: “Tus células CD4 salieron en 279, tu Carga Viral es de 95 mil copias, debes ir a un CAPACITS cuanto antes para que te digan que tratamiento llevar, te voy a pasar los datos de una Doctora Amiga mía, ella te pude ayudar, y usted joven creo que también es necesario que se haga una prueba, aunque se sienta bien puede usted ser portador”
El hueco en el estómago se amplió, el pánico estaba a punto de inundarme cuando escuche tu llanto y tu voz diciendo: “no, tu no” lleno de tristeza : “no, tu no”, tu voz paró en seco mi miedo, de repente otra vez el fuego en mi pecho y de mi boca un: “Todo va a estar bien”, te abracé tratando de hacerte sentir esa certeza. “Todo va a estar bien”, te dije con una seguridad que me sorprendió mientras te abrazaba. Te soltaste al fin por completo sobre mí y una tranquilidad invadió mi desconcertado ser fortaleciendo ese aplomo que había salido a primer instinto. “Todo va estar bien” repetí una y otra vez y cada vez lo creía más, sintiendo como por fin te dejabas ir por completo en mi, sólo acertaba a estremecerme cuando colocaste tu cabeza en mi hombro, Me olvidé de todo en se momento y sólo quería estar así por siempre, tu así sin defensas por fin creyendo en mí, yo en mi eterno e inconsciente optimismo, los dos en este abrazo de profundo y sencillo amor.
Dos pruebas Elisa y una más tres meses después con el mismo resultado “No Reactivo”, estaba libre del virus, “Todo va estar bien” es la idea que me invadía, no se a bien que significaba, no es que pensarlo nos librara de contagiarme, no es que te librara de enfermar, “Todo va a estar bien” se transformó en “Todo está bien”, no sé si aun no comprendo lo grave de esta enfermedad pero “Todo está bien” porque estoy contigo, acompañándote en tus miedos y en tu mal momento, cuidándote y cuidándome día y noche, dándote ánimos para que recuperes tu ánimo arrogante, sé que no te vas a dejar caer, sé que voy a estar contigo cuando otra vez estés de pie. Todo está bien y tu en mis brazos, durante dos años nunca hablamos de tu y yo ser algo, sólo lo fuimos, viviendo desquiciadamente pudimos encontrar esta paz que sólo tú y yo sabemos entender, No sé si estoy loco por quedarme aquí, pero finalmente entendí que no quiero hacer otra cosa en mi vida más que amarte, no sé si yo podría estar en tu lugar, no sé que pasaría si las cosas fueran al revés y sabes no me importa, no sé si tengo plena consciencia de lo que esto significa ahora y lo que puede significar mañana, parece que tampoco la tienes tu, pero estamos aquí los dos compartiendo nuestra vida y nuestro momento, no me imagino mi vida sin ti y aquí estamos disfrutando “Todo va a estar bien” “Todo está bien.
                                                                                             
I finally realized I need to love, I need to love you.
 

jueves, 19 de septiembre de 2013

La Huída

Quería escapar inmediatamente, salir de ahí lo más pronto posible, salir a correr, normalmente lo hacía con calma unos 4-5 km como parte de mi día para terminar de cansarme, esta vez corrí con furia, no se cuantos kilómetros fueron, salí del consultorio a medio día, llegué a mi casa, me puse un par de tenis y mis shorts de atleta y así sin más salí a correr, no tenía rumbo fijo, sólo corrí, el sol más intenso que otros días pegaba fuerte en mi cara sacando gruesas gotas de sudor de mi frente, no quería pensar, sólo correr, sólo quería sentir el golpeteo del pavimento bajo mis pies recorriendo mi cuerpo hacia mis rodillas, subiendo a mis caderas, expandiéndose por mi torso para concentrarse otra vez en mis clavículas y de ahí bajando a mis brazos que se movían tan fuerte como mis piernas, nunca había corrido tan rápido, nunca había corrido tanto tiempo, sólo quería correr, creo que en el fondo quería escapar, huir de esta noticia que no entendía bien a bien, huyendo de ese resultado que no quería entender, que no podía aceptar.
 
Corrí hasta caer de dolor, fueron más de 3 horas a un paso intenso, había terminado al otro lado de la ciudad, paré por que no podía más, el dolor en todo el cuerpo por fin había invadido mi cabeza, me encontraba aturdido, no sentía más que las punzadas de dolor que iban de mis pies a mi cerebro, caí rendido con mis rodillas al piso, así estuve unos minutos, la gente que pasaba me veía extrañada, por fortuna traía mi celular y en mi aturdimiento logré marcar el número de mi madre, mi hermano contestó y media hora después ya estaba llevándome a casa, afortunadamente no preguntó nada, me acompaño hasta la puerta del departamento y me dio un fuerte abrazo, nunca hemos tenido muestras muy grandes de cariño pero algo lo impulsó a ese gesto que intuyó necesitaba. Cerré la puerta y directo a la cama, dormí hasta el medio día siguiente, no quería despertar, no quería pensar pero el hambre y una ansiedad que no había conocido hasta ese momento me invadió, arranqué del refrigerador unas rebanadas de jamón y una fruta y otra vez a correr, no podía, no quería dejar que esta realidad entrara a mi mente, no sabía que hacer con ella, quería borrarla y sólo se me ocurría correr para llenar mi cuerpo y mi cabeza con el dolor en mis piernas y músculos, que nada más pudiera ocupar mis pensamientos.
Pasaron un par de meses en que no podía más que correr, una ansiedad por hacer todo rápido me invadió: salía hecho un bólido rumbo al trabajo, manejando con desesperación rebasando límites de velocidad, esquivando autos, pasándome señales preventivas, desesperándome al toparme con luces rojas en los semáforos, me convertí en una máquina workahólica en el trabajo, sacando pendiente tras pendiente, logrando meta tras meta en tiempo record, mi capacidad de concentración se volvió extraordinaria, no quería pensar más que en lograr los números a como diera lugar y lo más rápido posible, trabajando aún los fines de semana sin descansar, todo con tal de evitar pensar, salía del trabajo disparado rumbo el Gimnasio y después a correr, correr sin parar, correr y no sentir más que el aire y el dolor en mis piernas, correr y no pensar, correr y no saber, correr y no aceptar, correr y evadir.
Después de un par de meses de todo este correr, inevitablemente llegó el colapso, una gripa inofensiva en tres días se convirtió en neumonía, tanto ejercicio me había hecho perder ya 5 kilos que no me sobraban, mi cuerpo estaba exhausto y finalmente me invadió la realidad, no quería aceptarlo pero ahí estaba encerrado en cuatro paredes, postrado en una cama de la cual no podía levantarme por falta de fuerza, una gran piedra se postraba encima de mí, y mis piernas no respondían, no podía correr, no podía huir. No pude con la angustia de mi Madre y mi hermano, no podía con la mía propia y ya no pude contenerme más, la presencia de mi familia me sirvió de muro de contención para chocar y destrozar mi resquebrajado corazón:
“Mamá, Tengo Sida”
 
Salieron de mi boca esas palabras y ya, una gran liberación, las ganas de correr desaparecieron, sólo esas palabas y ya, una gran paz me invadió, creo que a mi madre y mi hermano les pasó lo mismo, noté como se desvanecía la tensión en su mirada y en sus hombros mientras se aventaban a mi cama para abrazarme, el llanto de mi madre se acompañaba de un “Te quiero mucho mijo” repetido incesantemente, el persistente silencio de mi hermano seguía intacto acompañado de una respiración profunda mientras nos abrazaba a mi madre y a mí y yo ahí, fundido en los brazos de estas dos personas que me han acompañado toda mi vida, recordé tantos momentos a la vez, tanta felicidad que me habían dado, recordé a mi padre que falleció hace algunos años, recordé quien era y que estaba aquí, la seguridad de estos brazos me devolvió la paz y haber aceptado esta gran piedra que venía cargando fue un salto hacía la libertad, la bajé de mis brazos y la puse junto a mi, pude sentir como se iba haciendo chiquita desinflándose hasta quedar en una pequeñísima piedra negra, me figuré que lo tomaba en mi mano y la ponía en mi bolsillo, ahora está pequeña roca me acompañará toda mi vida, pero no me detendrá, no podré huir de ella, siempre va a estar ahí, ya no es esa enorme roca que crecía y rodaba veloz persiguiéndome, esa roca de la cual huía corriendo. Ahora es una piedra que tengo que cuidar, imagino que a veces la traeré en el zapato molestando, otras apacible en mi bolsillo, Así es esto, no puedo huir de ella, no me conviene huir de ella, no la puedo dejar crecer otra vez y que me caiga encima aplastándome, ya no puedo huir, ahora camino con ella, camino sereno, ni más ni menos feliz. Solo así, yo y mi pequeña piedra negra. Yo y mi diagnóstico positivo.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

El Héroe (Todo va a estar bien)


“Todo va a estar bien”, dijiste con tu tono de voz lleno de seguridad mientras me abrazabas, una tranquilidad invadió mi desmoronado ser que se recomponía entre tus cálidos brazos. “Todo va estar bien” repetías pausadamente con tu tono tierno, más tierno que nunca, sólo acertaba a estremecerme con tu aliento en mi oído; lograste que dejara de importarme el mañana y sólo quería estar así por siempre, yo consciente de mi fragilidad, tu en tu tranquila fortaleza de serenidad y fe, los dos en este abrazo de profundo y sencillo amor.

Los dos sabíamos nuestro pasado, parte del cual habíamos compartido intensamente los últimos dos años, un huracán de fiestas con fines de semana interminables, intercambio de cuerpos sin nombre que usábamos cómplices para placer mutuo, un desenfreno de substancias químicas y naturales para desbordar nuestros sentidos, absortos en este hedonismo puro el cual compartimos desde el primer momento, no sabía si era amor, pero sabía que a primera vista había surgido algo entre tus ojos y los míos que no podía explicar, todo parecía fluir naturalmente, el frenesí incontrolable nos parecía de lo más normal, perseguíamos incansables un ideal de belleza y placer llevando nuestros cuerpos al límite de cualquier sensación con la seguridad de que siempre estabas tu ahí, con la seguridad de que siempre estaba yo ahí, nunca lo hablamos pero sabíamos que nos teníamos, nunca dijimos somos esto, pero sabíamos que éramos algo increíble, no podíamos explicarnos como había surgido pero era una magia indescriptible cuando estábamos juntos.

Tanto exceso tenía que dejar huella en nuestros cuerpos, recuerdo haberme sentido algo raro estos dos últimos meses, la energía en el gimnasio había bajado considerablemente, lo atribuía a haber terminado el ciclo de roids sin embargo tu seguías muy campante levantando pesos que yo ya no podía, ni siquiera concluía bien la rutina, luego ese resfriado ligero tuyo que me contagiaste convirtiéndose en mí en una gripa que me tumbó en cama 3 días con fiebres alucinantes, después vino esa semana de diarreas matutinas inexplicables, como había cambiado de dieta pensé se debían a la leche entera que agregué para mantener mi peso, también había perdido el apetito y me obligaba a comer, no iba dejar que el esfuerzo del gym se viniera abajo desinflando mis piernas y hombros que tanto te gustaban.

Así llegó el día de la Fiesta Blanca, no tenía muchas ganas de salir, la verdad es que un ligero dolor de cabeza me hacía preferir quedarme en casa a ver películas, pero la habíamos esperado ansiosos, era el evento del año y no hacías más que hablar del tema, 24 horas de beats y luces intensas, el culmen del desenfreno, un mar de cuerpos sudorosos vestidos de blanco, que conforme subía el calor de la noche se iban despojando de camisas para mostrar el triunfo de la vanidad, la mayor concentración de músculos y esteroides por metro cuadrado del país y sí, también un flujo interminable de substancias químicas y naturales, prohibidas claro, para los gustos y ánimos de cualquier junkie, de los cuales tú y yo éramos de los más intensos. Lograste ver mi desánimo, pero te dije: “no importa, una tacha y me aliviano”, ofreciste no salir, pero habíamos planeado y gastado mucho dinero en esta fiesta, ahora reparo que era para recaudar fondos para un albergue de enfermos de Sida, la verdad en los 5 años que había ido nunca me había importado, ni siquiera sabía el nombre de la asociación, sólo me importaba estar en el centro de la pista y ser el blanco de miradas lascivas, sólo me importaba percibir el olor del deseo extrapolado por las drogas y bailar, bailar, bailar...

Recuerdo que hace dos años nos conocimos ahí, en esa misma pista, terminamos esa noche como a las tres de la tarde del día siguiente, exhaustos tomamos el camino a mi casa y sólo acertamos a llegar a dormir, nunca fue tan increíble el trivial hecho de dormir, tu cabeza en mi pecho y tus anchos brazos en mi cintura, y por primera vez ese estado de perfección que me haces sentir, esa misma fiesta donde empezó nuestra historia, ahora fue punto de quiebra entre tu y yo. Las drogas me dieron una sensación de ligereza borrando el dolor de cabeza, estaba un poco "ido" pero me parecía normal, tu no parabas de hablar con un nerviosismo incontenible, raro en ti; me llevaste al centro de la pista y de repente me viste muy fijamente a los ojos, tomaste mi mano y de tu bolsillo sacaste un anillo, lo pusiste en mi dedo y dijiste acercándote a mi oído: “quiero que vivamos juntos”, no sabía si había entendido bien, pero las piernas se me doblaron, te abracé mas fuerte que nunca y te dije sí y en ese abrazo poco a poco fui perdiendo la consciencia, las luces de estrobos y lásers empezaron a fundirse convirtiéndose en una sola muy intensa, tu voz a lo lejos llamándome acompañada de murmullos y de repente nada, sólo el aire tibio martilleando en mi torso desnudo, y esa intensa luz…

Desperté cuatro días después en terapia intensiva, lo primero que vi fue tu rostro sereno a través de la ventana y leyendo en tus labios esa primera vez que decías: “todo va estar bien” tu sonrisa como siempre lo iluminaba todo, parece que en esos cuatro días te habías dedicado a conquistar a las enfermeras que me hablaban como si me conocieran de siempre: “No se le han despegado un minuto joven, se ve que lo adoran” me decían una tras otra, una de ellas te dejó entrar de contrabando a que me dieras un beso, lo cual hiciste tan dulce en la mejilla, siempre había estado expuesto a tu lujurioso ímpetu y ahora veía un hermosísimo y tierno tu. Mi madre te adoraba más que nunca viéndote siempre ahí con palabras de consuelo para ella y un fuerte apretón de manos para el serio de mi padre. Ese mismo día me pasaron a piso y otros cuatro días después me dieron de alta, me sentía muy débil y mi imagen en el espejo me lo confirmaba, había bajado un poco la presión en el pecho al respirar, pero una extraña palidez me había invadido borrando mi bronceado de cama uv  y las ojeras se encajaban en mi rostro enflaquecido, siempre perdía uno o dos kilos en esas noches de 24 horas, pero ahora le calculaba al menos unos 5, el doctor nos esperaba en su consultorio antes de darme de alta, me llevaste en la silla de ruedas haciendo ruidos de motor rebasando enfermeras y doctores por los pasillos, llegamos con el doctor que nos estaba esperando en la puerta con un rostro muy serio diciéndote: “espérenos afuera”, le dije que no importaba, completaste con un “Soy su novio” (¡NUNCA lo habías dicho!), tomé tu mano y te hice pasar conmigo, el doctor hizo una mueca de resignación, y empezó:

“Tu situación es digamos grave, pero puedes salir de ella, el golpe de calor que te hizo perder la conciencia fue por las drogas pero se vio agravado por una infección en tus ganglios linfáticos y en tus pulmones que no sé por qué no habían mostrado síntomas antes, te hemos hecho varios análisis y pues aquí están lo resultados”

Me extendió tres sobres los cuales abrí sin saber que me esperaba, El primero era una prueba Elisa que decía Reactivo, quedé mudo, no estaba seguro de lo que significaba pero recordaba alguna conexión entre Elisa y SIDA, apenas pude pasarte la hoja, la leíste con calma, siempre me había parecido que te tomabas todo a la ligera y lo comprobaba una vez más, a veces me caía gordo eso de ti, pero en este momento se volvía una virtud, volviste a decir “Todo va estar bien” mientras ponías tu mano en mi hombro, el doctor te pidió los sobres y mencionó:

“Tu cuadro infeccioso nos parecía algo raro, por los ganglios sumamente inflamados decidimos hacerte una prueba con el consentimiento de tus padres (nos esperaban afuera para llevarnos a casa) La prueba Elisa salió Reactiva, lo mismo la prueba de confirmación (Blood Western), eres VIH Positivo, te hicimos otras pruebas para ver en que estado te encuentras”, yo estaba pasmado, no entendía bien lo que decía: “Tus células CD4 salieron en 279, tu Carga Viral es de 95 mil copias, debes ir a un CAPACITS cuanto antes para que te digan que tratamiento llevar, te voy a pasar los datos de una Doctora Amiga mía, ella te pude ayudar, y usted joven creo que también es necesario que se haga una prueba, aunque se sienta bien puede usted ser portador”

En cuanto se empezó a referir a ti se soltó el borbotón de llanto con un “no, tu no” lleno de tristeza, la perspectiva de que tu enfermaras y más el que fuera mi culpa terminó de romperme,  fue entonces que me abrazaste “Todo va a estar bien”, dijiste con tu tono de voz lleno de seguridad mientras me abrazabas, una tranquilidad invadió mi desmoronado ser que se recomponía entre tus cálidos brazos. “Todo va estar bien” repetías pausadamente con un tono tierno, más tierno que nunca, sólo acertaba a estremecerme con tu aliento en mi oído; lograste que dejara de importarme el mañana y sólo quería estar así por siempre, yo consciente de mi fragilidad, tu en tu tranquila fortaleza de serenidad y fe, los dos en este abrazo de profundo y sencillo amor.

Afortunadamente saliste “No reactivo” dos pruebas Elisa y una más tres meses después con el mismo resultado. Para mi Efavirenz por la mañana y por la noche. Tu infinita paciencia me hizo más llevadero el pánico que me envolvió en estos primeros meses, no sé que pasará mañana, pero espero que esta noche me vuelvas a decir “Todo va estar bien”, como lo has hecho cada noche desde ese día mientras me abrazas,  creo que todo está bien, eso siento cada que me acompañas a mis citas. Todo está bien, es lo que siento cada noche y cada mañana cuando me recuerdas “Tu pastilla, amor”. Todo está bien y yo en tus brazos, durante dos años nunca hablamos de tu y yo ser algo, sólo lo fuimos, viviendo desquiciadamente pudimos encontrar esta paz que solo tú y yo sabemos entender, eres mi héroe, no me dejaste caer y aquí estoy yo entendiendo, que todo puede cambiar, que somos resultado de nuestros actos, que una situación difícil se puede tomar para bien, no sé si tengo plena consciencia de lo que esto significa ahora y lo que puede significar mañana, parece que tampoco la tienes tu, pero estamos aquí los dos compartiendo ahora en esta monogamia de la que tampoco habíamos hablado y aquí estamos disfrutando yo de abrazarte y hacerte de comer, tu de cuidarme y decirme todas las noches “Todo va a estar bien”.

Dedicado a esos dos hermosísimos exnovios que quisieron estar conmigo en parte de estos 5 años a pesar de todo y a pesar de mí. Los AMO =).

miércoles, 4 de septiembre de 2013

El Viaje


Creíste que no te iba a pasar nada, pensaste que ibas a lograr pasar por el inmenso pantano sintético sin si quiera una pequeña mancha en tu atesorada blancura, ¿Que tenías en la cabeza? Lo peor es que ni siquiera veías la asquerosidad que rodeaba todo lo que hacías, parece increíble que no percibieras el olor a mierda de esos arrabales dorados en los que te refundías, El pestilente tufo a podredumbre que destilaban tus poros cada fin de semana infinito que hacías durar de jueves a domingo.
Se te hacía tan fácil, las luces brillantes, cuerpos perfectos bailando desaforados, el sexual olor del sudor destilado por el asfixiante calor artificial, ese mundo de colores y amor infinito que producía una pequeña capsulita, bueno... una, dos, tres... rayas blancas, "k", ácidos, y todo un coctel de artificios a los cuales jamás decías que no. Y Tu tan despreocupada en tu nube de "felicidad" comprada, no te diste cuenta que iban cayendo como moscas los que llegaron antes que tú, ni siquiera es que lo fueran haciendo poco a poco, uno tras otro, muchos de pronto, todos iban cayendo, algunos en hoyos oscurísimos, fríos, llenos de soledad e impotencia, hoyos sin salida de 3 metros de profundidad, otros en trampas tejidas por sensuales arañas que pronto se convertían en brujas atándolos entre problema y problema hasta desquiciar sus mentes pequeñas.
 
¿Sabes? Hubiera sido más fácil, si hubieras tenido el valor ese día, pisar el acelerador a fondo en tu noche de euforia, así como vas, hasta el fondo, lo estabas deseando, al fondo y volar, hasta el cielo, al infinito, al fin del mundo y más allá, entre estrellas y música disco, bailando “En la ola blanca” subiéndote hasta la cresta de la ola de viento y ¡paf! volar para siempre,
Probablemente hubieras llegado al cielo, llevándote de paso un par de cristianos, pero que más dá, tendrías compañía, tu tan rodeado de gente siempre, sintiéndote tan solo siempre. Dicen que el cielo es la última imagen que uno ve, y tu estabas viendo las estrellas, los focos multiplicarse en infinito, 3ra y 4ta dimensión sensorial, voces de divas pop con beats trance, olor a feromonas y maple, labios de fresa y miel de muchas bocas y cuerpos besados en esa noche de domingo que empezaste el jueves, ¿Qué te detuvo? ¿El miedo a perder tu vida? ¿Cuál vida? ¿La que tratas de olvidar los fines de semana? ¿Esa que inevitablemente regresa a ti con su pesada aburrición las mañanas del lunes?¿Por que no pisaste a fondo? Parecía divertido…, pisar a fondo y volar, ¿creías que te faltaban muchas cosas por vivir? ¿Qué cosas? ¿Vivir? ¿Sentir? Si no estás dispuesto a nada más que alimentar tu vanidad, ¿De verdad lo creías?, eres un imbécil, hubiera sido mejor que pisaras el acelerador, bien a fondo, liberar los frenos, tomar vuelo en el puente y ¡paf! Volar…, de todos modos perdiste el control, de todos modos no supiste que pasó, sólo un gran golpe, la visión enrojecida, las manos cubiertas por ese líquido viscoso y sólo un poco de fuerza.

Ahora estás aquí: ...perdido, en un viaje sin sentido, sólo acertaste a orillar el auto con la fuerza que le quedaba al motor y la poca fuerza y cordura que te quedaban a tí, sólo acertaste a detenerte y esperar a que todo pasara, sigues esperando que pase y ahora has destrozado tu pequeño paraíso, de ser el sol de tu pequeño mundo, te has vuelto una inmensa y pesada piedra, por que no pisaste el maldito pedal!, era el momento perfecto!, ¿qué te hacía pensar que todo podría estar mejor? Ahora estás aquí perdido, deformado,  tu hermosa blancura se ha tornado en ese amarillento color del encierro, tu mente atrapada en absurdos y sin sentidos, tu otrora hermoso cuerpo cincelado por esteroides y horas en el gimnasio está atrapado, inmovilizado en una maldita silla 24/7, respirando sin sentido, repitiendo sonidos guturales, tratando de cantar esa última rola que quedó grabada en tu mente una y otra vez, esa voz de mujer diciéndote: “todo va estar bien”, volviendo loco a todo tu entorno, volviéndote loco tú, atrapado en esa nube turbia de luces y sonidos atormentando tu desquiciada mente y tu atormentado sentir.

jueves, 29 de agosto de 2013

Con Estrella (De nacimiento).

Siempre he querido pensar que mi mamá deseaba que pudiera sentir este sol en mi cara mientras mi nariz respira el fresco olor a sal y mis oídos escuchan el intenso oleaje de Cuyutlán, que tan sólo por estos minutos de perfecto placer y paz que me puedo tomar todos los días mi madre prefirió tenerme aunque sabía que no podría cuidarme, aunque yo hubiera nacido del gran dolor que habían causado en su vida. Siempre he querido pensar que mi madre deseaba tanto que pudiera disfrutar de la vida que a ella le habían hecho desdeñar, que quería que disfrutara de despertar y sentir las sábanas rozando mi piel mientras el sol entra travieso entre las rendijas de la persiana para despertarme, que la recordara con el olor del café recién preparado inundando la casa, que disfrutara de todas estas cosas sencillas que hacen el día a día tan pleno, como la sonrisa de la abuela mientras me grita a todo pulmón que baje a desayunar, a veces pienso que su única misión en la vida es ponerme gordo, lo bueno es que me escapo de ella para ir a la escuela y para jugar con mis vecinos si no por ella estaría comiendo todo el día.
Nunca he tenido otra realidad más que esta, así nací, en esta playa donde mi bellísima madre se volvió loca, mi abuela también lo hizo, se volvió loca por mi, creo que el haber perdido a su hija de una manera tan dolorosa la hizo volcar todo su amor hacía mi, agradezco tanto a mi Madre y tanto a Dios haberme dejado con mi abuela, esta mujer madura llena de alegría y de energía, que me ha dado la mejor vida que alguien pueda tener, llena de pequeñas aventuras, de hermosos detalles todos los días, alejando cualquier miedo que cercara mi sonrisa.
 
Recuerdo cuando empecé a tener consciencia de las visitas mensuales a la clínica, y el miedo que me producía saber el que a lo mejor ese día me tocaba toma de muestras, el pánico que me provocaba tener que enfrentarme al monstruo de la aguja y como mi abuela convirtió esa aventura en una conquista de dragones y princesas, donde ella y yo éramos los héroes, y si me tocaba la toma de sangre, ver sus mangas arremangadas y pedir que a ella también le tomaran su muestra, hacerse la valiente mientras le sacaban su preciosa sangre antes que a mí aunque ella no lo necesitaba, sólo por mi, sólo para que no tuviera miedo de las malvadas agujas y al terminar pararse triunfante con un grito de victoria, haciéndome reír con sus muecas y saltos grotescos, haciendo reír a las enfermeras a las que platicaba todas mis gracias y travesuras de niño. Recuerdo como me despertaba tempranito y nos subíamos a la camioneta del tío Juancho que malhumorado nos llevaba hasta Colima para la consulta, ahora voy solo en el primer camión de la mañana pensando en la sonrisa de la abuela, nunca le digo cuando me toca consulta aunque a veces encuentra mi carnet y no hay forma de disuadirla a que se quede y me acompaña junto con el tío Juancho y su amodorrado malhumor, ahora soy yo el que maneja la camioneta en esos días, cantando Sr. Sol con la abuela mientras vamos por la carretera.
 
Ya casi tengo 18 años, estoy por entrar a la universidad, ahora tengo tantas ganas de vivir, como siempre las he tenido, como las ganas que tiene mi abuela de hacerme feliz, ahora tengo ganas de gritar y de cantar, de estudiar con ahínco y de conquistar al mundo, no sé si este virus es bueno o es malo, gracias a los cuidados y disciplina de la abuela nunca he estado realmente enfermo, pareciera que en mi caso ha sido un virus de “salud” un par de pastillas al día y todos mis catarros son de un poco de flujo nasal por tres días un par de veces al año, mi viruela infantil fue muy benévola conmigo, nunca sufro del estómago y mis riñones e hígado han resultado ser muy fuertes, hago deporte todos los días y me siento lleno de energía, he visto mucho sufrimiento y enfermedad en la clínica, pero gracias a Dios y a mi abuela en estos 18 años no he pasado enfermedad grave, ahora me toca cuidarme a mí, tendré que dejar mi hermoso Cuyutlán para estudiar en Colima, ya no tendré la voz de la abuela despertándome todos los días para darme mi pastilla y el desayuno, ya no estará en la puerta de mi cuarto esperándome en la noche para darme la segunda dosis, ahora me tocará prepararme a mi las 5 comidas diarias que me recomendó el doctor, lavar con sumo cuidado las verduras y frutas que disfruto comer todos los días, tener mi cuarto en la pensión impecable de limpio, espero pronto terminar mi carrera y trabajar muy duro, espero ser pronto yo el que cuide de mi hermosa abuela. Espero este virus nunca me detenga en mi propósito de hacer sonreír a la abuela todos los días como ella lo intenta conmigo, deseo poder ganar lo suficiente para jubilar la camioneta del tío Juancho y llevarlos a pasear por el mundo.
Mi abuela dice que tengo estrella, esa estrella azul de la tarde, yo sé que soy hijo de venus, mi hermosa madre, que sabía estaría mejor con la abuela. Mi Abuela dice que mi estrella me ayudará a encontrar una mujer tan bella como mi madre, yo quiero encontrar una tan alegre como mi abuela, y mientras la encuentro la tengo a ella para llenar mis alegrías y tristezas. No me preocupa el virus, sé que cuando encuentre a esa mujer todo será perfecto y no habrá ni virus ni ninguna otra cosa que se interponga entre nosotros. Sí, definitivamente tengo Estrella, vengo con ella de nacimiento, mi vida podría haber sido una tragedia, una madre violada que no supo que hacer con ese dolor más que tenerme, que sucumbió después de su embarazo ante el dolor de la enfermedad y la tragedia de sentirse usada. Un virus invadiendo mi cuerpo, un virus que puede ser mortal y que no daba muchas expectativas a mi vida, un pueblo alejado sin muchos recursos para atender la salud de su gente, una época donde todavía no había tantos avances y conocimiento de como tratarme, no conozco otra realidad, no sé si pude estar mejor, he tenido este virus todo mi vida, es mi realidad de nacimiento, una realidad que ha sido buena conmigo, que me dejó al cuidado de una cariñosa abuela, y un regañón Tío Juancho, una realidad en la que el cuidado de mi salud es cosa de todos los días, donde he podido ser inmensamente Feliz, definitivamente tengo estrella, se llama Romina, mi hermosa abuela.
 
(Dedicado a todos esos padres, abuelos, tíos que han vencido tantos miedos y se han volcado en un tierno cuidado de seres queridos con alguna enfermedad o padecimiento, entre ellos a mi MAMÁ).

jueves, 22 de agosto de 2013

¿Quién fue? (¿Fui yo?)


¿Fui yo quien te contagió ó fuiste tú quien se contagió? ¿Fue mi manía de querer llevarme algo tuyo dentro? ¿Tu desenfrenado ímpetu por hacerlo todo tan intenso? ¿Fueron los martinis seguidos por mojitos? ¿Las feromonas que exudamos al bailar tan pegados? ¿fue tu olor a vainilla con almizcle? ¿Acaso mis labios rosas o el roce de mi barba?

¿Sabes? A mi me contagió un virus, no fue un cabrón &%#$, no fue mi exnovio que me engañó, tampoco fue mi amor de esa noche en ese cuarto obscuro. No, no es un comportamiento lo que me contagió, no es usar o no usar condón, es un virus, un puto virus que pensándolo bien ha sido “bueno” conmigo. No es que me justifique, es que así es, ¿vas a dejar de respirar para no contagiarte de influenza? ¿Dejarás de comer para no adquirir salmonelosis? El enemigo no soy yo, el enemigo no es coger, el enemigo es un maldito virus, que ha muchos ha matado, pero créemelo a muchos otros nos ha hecho vivir.

¿Te sientes culpable? ¿crees que has estado cavando tu propia tumba? No llores, no te lamentes, nadie te obligó, nadie te violó, ¿y si así hubiera sido?, el hecho es que estás aquí, tu sangre puede ser veneno, tu cuerpo puede ser una inyección letal, pero no, tu cuerpo es tu templo así que cuídalo, y no, no estás mal, parte de cuidarlo es darle placer, tu cuerpo que odias al verlo al espejo pero que tanto placer te ha dado al ser tocado, ese cuerpo que tratas de transformar con ahínco en tus sudorosas sesiones de cardio, ese que después destrozas con tus ataques de donas de chocolate, ese que adornas cariñoso con ropa de diseñador que estrenarás en esas noches en que luego lastimas con drogas y alcohol. Ese cuerpo hermoso con sus pliegues y curvas con esos vellos fuera de lugar, ese cuerpo con sus protuberancias que te permite caminar y llegar a tantos lados, oler todos esos perfumes que te extasían, con el que has visto tantos paraísos, ese hermoso cuerpo resultado de tantos placeres que has comido, ese cuerpo es tu templo, es tu medio, es tu tan hermoso tú.

Tu no te contagiaste niño, te contagió un maldito virus; así como a esa señora que ves en la consulta no la contagió su adúltero marido; o como ese niño que llora inconsolable cada que le toca le tomen muestras, ese niño no fue contagiado por su “irresponsable” madre positiva que se empeñó en tenerlo y darle la mejor vida posible. Tampoco se contagió a sí mismo tu amigo junkie de la secundaria con esas jeringas llenas de heroína, sí, ese tu adorado y tierno amigo infantil que dejaste al crecer, del que sabías nada hasta hace un año que murió; así que ya deja de lamentarte y mejor disfruta lo que tienes, que no sabes si lo tendrás mañana, deja de llorar, que me caes muy mal cuando lo haces, cuida lo que tienes que es tu cuerpo y vive intensamente lo que sientes. Te quiero cuerpo.
 
 
Foto: Tres torsos desnudos / HERB RITTS