viernes, 16 de agosto de 2013

No es para tanto

Después de siete años pareciera que fue hace otros siete más, ya ni recuerdo las palabras de mi ex amado novio al cortarme cuando le dije la gran y “positiva” noticia, la verdad es que tampoco me acuerdo bien de su cara.

Después de siete cortos y a la vez largos años esto se ha vuelto algo tan cotidiano, ya me parece de lo más normal las tomas de sangre cada seis meses, las consultas mensuales para ir por medicamento acompañadas de las filas en la farmacia, obsesionarme por tomar una pastillita en punto de las 10 y media de la mañana y otra a las diez y media de la noche exactas, ni un minuto más ni un segundo antes. Lavar y desinfectar todos los alimentos se ha vuelto un acto reflejo, decir no a casi cualquier comida de la calle es un mantra (ahhh excepto los churritos con salsa, lo siento). Ya le perdí el miedo a mi perra: dejé tiempo atrás los guantes y tapabocas que usaba para limpiarle todos los días el patio, ahora la cargo y la beso con profusión; ya no me acordaba que me daba pánico subirme al bus y agarrarme de los tubos llenos de gérmenes o el drama del fin del mundo que me provocaban estornudos insignificantes a mi alrededor, las nauseas de mis primeras citas en el hospital viendo la sala de espera con tres o cuatro zombis esperando su revisión, ahora que son mares de gentes que esperamos horas me parece de lo más normal y dejó de pasarme por la cabeza el que me puedan contagiar de gripes y salpullidos mortales.

¿Estoy mejor o peor? no lo sé, no estoy un día con el virus y otro día sin él para comparar, sólo sé que estoy aquí y estoy bien: puedo trabajar, puedo divertirme, una borrachera de vez en cuando, ir al gimnasio y a correr; también puedo ligar: puedo decirte guapo sin miedo y ¿sabes? me lo dicen a mí de vez en cuando, puedo ver lo cachondo que eres y sentir lo sexi que soy yo, puedo rozar tu mano y verte con mirada perversa mientras paso a tu lado. Puedo caminar hasta ti e invitarte a bailar y puedo hacerte el amor,… claro con condón.

Después de tanto tiempo y tantas cosas ya no recuerdo lo que es vivir sin este virus, pero ahora sé que no es la muerte, que te puedes morir si no te fijas al cruzar la calle así como si no te fijas con quien te metes. Una distracción manejando y ahí quedaste, que tanto a ti como a mí nos puede matar una infección estomacal desconocida o algún virus o bacteria resistente, que es más fácil que te de cáncer por tus antecedentes familiares a que me de a mí q no hay nadie con mi sangre que lo haya sufrido. Sé que la diabetes o la hepatitis pueden ser más difíciles de llevar que el VIH, que sólo me tengo que cuidar como me cuidaba mi madre cuando era niño y no olvidar mi pastillita salvavidas (a veces las combino: un arv + un salvavidas no más por ridículo).
 

No es que esté exento de cualquier peligro pero tampoco lo estás tú con tu prueba Elisa negativa, la muerte nos viene acompañando desde el primer segundo que salimos del útero, es lo único que tenemos por seguro, así que ni pienso en ella, sé que está buscando el momento oportuno para ti y para mí, así que en lo que llega me dedico a disfrutar y tratar de estar aquí el mayor tiempo posible, gozando de mi cuerpo que no es de revista pero a mi me parece bello, gozando de verte que a mis ojos les resulta el placer más grande, tratando de atrapar tu mirada una vez más, quizá con las palabras correctas me besarás, ni tu ni yo somos culpables de esto, y la verdad es que qué más da, no es para tanto.
 
No te lo deseo pero si te pasa sabes que contarás conmigo. No te asustes, No es para tanto, tampoco es tan fácil que te contagie y si nos cuidamos es practicamente imposible, nuestro amigo de látex será testigo de nuestro amor, de todos modos siempre lo usas, ¿no? De verdad, no es para tanto, aparte con mis arv hace mucho tiempo que soy indetectable y espero mantenerme, así que estoy igual que tu: limpio y saludable, y ya ves, tengo mejor condición, siempre te gano cuando corremos en el parque, te agitas cuando tienes que subir dos pisos y cuando salimos a las 3 ya te quieres dormir, ni una sola gripe y tu ya llevas dos muy fuertes en este año que te conozco, creo que te hace más daño a ti el cigarro que a mi el virus, ¿ya ves? no es para tanto, sabes que aquí estoy, ya no te hagas el difícil y dame un beso.

1 comentario: